La razón de Trafalgar

La Armada española fue a Trafalgar arrastrada por decisiones políticas, que la subordinaron a los dictados de Napoleón, sin existir un interéres nacional propio. En lo político y en lo militar el Gobierno español estuvo siempre sometido a los dictados del Emperador, a quien sólo preocupó contar con los buques de la Armada para utilizarlos en los sucesivos proyectos de invasión de Inglaterra. En esta subordinación subyace la falta de objetivos y el papel de comparsa que representó la Marina española durante la campaña naval de 1805 en aguas de cabo Trafalgar.

Trafalgar fue, sobre todo, un desastre político, pues el combate perdido abrió una inmensa brecha, por donde se fue el mayor y más débil Imperio que jamás existió, perdido desde el momento que caía la Marina que era la que podía ligar sus pedazos esparcidos en el mundo entero. Trafalgar no fue la muerte de la Armada española. La Armada española moriría años más tarde, con sus barcos hundidos en los arsenales por falta de carena y por el abandono y la incomprensión de la propia nación española.