
El fallecimiento de Alfonso XI de Castilla, víctima de la peste durante el asedio de Gibraltar en 1350, abrió una crisis sucesoria. Pedro I, primogénito de Alfonso, tuvo que enfrentarse a su hermanastro Enrique, que reclamaba el trono. La nobleza se dividió, apoyando a uno u otro y los reinos vecinos de Aragón, Navarra, Francia y también Inglaterra tomaron parte en la contienda, internacionalizando el conflicto sucesorio castellano.
Ficha técnica
También podría interesarle